“La imprudencia los lleva a la muerte, no miden los riesgos”. De esta forma Mario Herrera, jefe de la Policía Lacustre, deja una reflexión muy cruda, pero real. “Un pescador tendría que llevar puesto siempre un salvavidas. El más caro sale $ 350 en cualquier casa comercial”.
Pero Herrera también considera que la forma de salvar una vida pasa por no ingresar a lagos, diques o ríos que no se conocen. A pesar de todo, las estadísticas son alentadoras, aunque suena paradójico porque se habla de muertes. En 2013 se registraron ocho personas fallecidas en ríos o diques. En tanto que en 2012 fueron más que el doble: 17 víctimas mortales.
Pero si se ve el “vaso medio lleno”, Herrera señaló que por fin de semana salvan alrededor de 15 vidas en las aguas del Dique Celestino Gelsi, en El Cadillal. “El 25 de diciembre último rescatamos a nueve personas, en tanto que el 1° de enero de este año salvamos a 12”, aportó.
Las anécdotas abundan en este tipo de profesionales. Tanto Herrera como Néstor Osores, director de la División de Bomberos de la Policía de Tucumán, recordaron duros casos que les tocaron representar.
El recuerdo
“Hace unos años atrás estábamos en la búsqueda de un muchacho que se llamaba Ramiro. Su madre, muy acongojada, gritaba su nombre en forma reiterada”, relató Herrera.
“De repente, un compañero se quebró y comenzó a llorar. Luego me confesó que hace 15 años un hermano suyo se había muerto en un río y su nombre era Ramiro”, dijo el funcionario policial.
Según lo que indica la experiencia, tanto de Herrera como de Osores, los ríos más peligrosos de Tucumán son Medina, Gastona, el Salí y el Marapa en su parte sur donde desemboca en la cola del Dique El Frontal.
“Pero el año pasado también tuvimos hechos sorprendentes como los dos adolescentes muertos en el río Lules”, acotó Herrera.
En cuanto a las edades de las víctimas, existe una franja que va desde los 20 hasta los 30 años. “En su mayoría son hombres y se da tanto en ríos como en diques”, manifestó.
Por su parte, Osores mostró cierta satisfacción por el hecho de que “hace cuatro años que no tenemos grandes lluvias que originan importantes volúmenes de agua en los ríos, evitando otros desastres naturales”.